Gracias Padre porque sin sobrarme, ¡todo! Lo he tenido…
Muy, sin darme cuenta, he saboreado cuanto sano alimento existe en el mundo, cubierto mi cuerpo con buenos ropajes, escuchado música de todas partes; he bebido lo que ha saciado mi sed y deleitado mi paladar con postres, dulces y manjares; he visto diversos paisajes, uno de los más bellos, donde conocí a Jairo, el esposo que me diste.
Gracias por darme dos hijos que han limado mi soberbia, disminuido mi orgullo, alimentado mi paciencia y aumentado mi necesidad de perdón… Gracias porque de mis cuatro hijos, dos son ángeles, los que hacen el equilibrio de mi gran amor de madre y la realización de ser mujer.
Gracias por los pocos amigos que se han acercado a mí y sin permanecer mucho tiempo a mi lado han dejado la huella de la solidaridad y la deuda de gratitud por cuanto me han ayudado.
Gracias Padre! Son tantas las devociones que tengo y las advocaciones de tu madre María que con cada significado veo tu grandeza.
Gracias, por haber permitido que naciera el día de la Virgen de Lourdes, me bautizaran en su templo, que fuera domingo y sin que mi madre sufriera en el parto.
Gracias por haber tenido tanto amor para mí, salvándome del peligro y amparándome cuando estuve, aparentemente sola… Segunda entrega.
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