viernes, 5 de agosto de 2011

Agosto 6 de 2011. Nuestra Sabana de Bogotá


Obsequio a quienes deseen sentir que son bogotanos.
Lee y conoce algo del ancestro cultural.



  Diferentes nombres adoptados por nuestra sabana
 
- Bacatá, nombre chibcha, en la civilización muisca.
- Nuestra Señora de la Esperanza.
- Nuevo Reyno de Nueva Granada, (siglo XVIII)
- Santa Fe, a 11 Km. de la actual Bogotá, D.C. 
- Sabana de Bogotá.
- Santa Fe de Bogotá, D.E. (1991)
                                 Para más tarde volver al nombre de:
                                                     - Bogotá, D.C.

Hace más de medio siglo la vida en Santa Fe de Bogotá era apacible.
 Las viviendas de los bogotanos ocupaban las coloniales quintas de La Candelaria, Teusaquillo, La Magdalena y Chapinero.
Las casas tenían patio con materas de geranios y novios; en algunos antejardines había violetas y pensamientos dobles de diferentes colores; azucenas de quito, que los santafereños utilizaban para los matrimonios y La Primera Comunión...
En los solares había árboles frutales como durazneros, manzanos, ciruelos, brevos, papayos; y plantas de mora, fresa y uchuva, para enriquecer los postres en la dieta acostumbrada.
Todas las quintas gozaban de una estufa de carbón mineral, cuyo combustible era llevado a domicilio por el carbonero, personaje importante, que guiaba la  carretada para descargar en un depósito construído para este fin. Otro personaje era el deshollinador, quien se encargaba de la limpieza periódica del buitrón de la estufa y de la chimenea, en las casas que era contratado.
Con esta combustión se obtenía el agua caliente para los baños y menesteres que la familia requería. Cada vivienda tenía dos tanques, el grande, para el baño diario y el pequeño para el uso de la cocina, ambos de cobre.

Vestuario: Los santafereños vestían colores oscuros de paño  y lana; sombrero Borsalino, Coco de fieltro y Panamá de paja, según el nivel social, hoy, estrato.
El gabán para los caballeros y el abrigo para las damas, mientras la gente del pueblo usaba alpargatas, pañolón y ruana.
Como complemento, diario, se usaba el paraguas y la sombrilla, dada la  climatología.

Después del 9 de abril de 1948, llegó la moda francesa para las señoras e inglesa para los caballeros; así vino la gabardina y la bufanda, para su rancia población.

Devociones.- Tanto la clase social como el pueblo, reservaban su mejor atuendo para la misa dominical en la Catedral, Las Nieves, San Diego, San Francisco, La Tercera, y La Veracruz, en el centro de la ciudad, La Porciúncula, al norte, en la  Avenida de Chile.
Durante la Semana Santa, se observaba, con gran participación de sus gentes, las procesiones y la visita al Monumento, en las diferentes iglesias.
Al reverente silencio  se sumaban las contadas emisoras, que suspendían por siete días la música que no fuera gregoriana; se transmitían los sermones como el de las Siete Palabras y el de la Soledad.

Los bogotanos viajaban hasta la única zapatería, atendida por un “chapetón” de cuyo nombre viene Chapinero. Ésta quedaba en las afueras de Bogotá; allí les rehacían los botines o los cambiaban por nuevos. La zapatería que se convirtió en una famosa tienda, dónde la sociedad suplía la necesidad del calzado.

 Diversiones de domingo y recreación.- Las familias acostumbraban el paseo dominical que comenzaba  con el almuerzo, estilo “picnic” y luego escuchaban la retreta de música clásica y brillante, en los parques Nacional, Santander  y de la Independencia.

Otra recreación era remar  en los lagos San Cristóbal al sur
y El Lago Gaitán, al norte.

Primera entrega...

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