Si un niño es amado, aprende a respetar.
Si es aprobado, aprende a aceptarse.
Si vive con equidad, aprende a ser justo.
Si es estimulado, aprende a confiar.
Si un niño vive con tolerancia, aprende a ser condescendiente.
Si un niño es apreciado, aprende a valorar.
Si un niño es aceptado, aprende a hallar amor en el mundo y a tener fe.
Si un niño vive criticado, aprende a condenar.
Si un niño vive con hostilidad, aprende a pelear.
Si un niño es avergonzado, aprende a sentirse culpable.
Si queremos que sea un sano líder,
Procuremos que su vida sea como un juego antes de los 8 años de edad.
¡Dándoles buen ejemplo!
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