sábado, 2 de febrero de 2013

Celebramos la vida consagrada I


En esta gran celebración de la Vida Consagrada hago votos de gratitud a quienes de una u otra forma participaron con su ejemplo y evangelización en lo que concierne a la historia espiritual de mi vida.

En particular nombro en orden cronológico al Reverendo Padre Teodardo,
Capellán del colegio, del cual fuí egresada, él pertenecía
a la Comunidad de los Salvatorianos.
Este Santo varón aceptó los caprichos de una niña que, a sus quince años, 
buscaba confesarse de cara, cuando aun no era permitido.
Dirigió los retiros durante el bachillerato, y fue mi primer director espiritual.
Bautizó a muchos de mis sobrinos, me impartió la bendición matrimonial
 y bautizó a mis cuatro hijos.

Seguidamente el Padre Chaves, Párroco de la Iglesia del Espíritu Santo,
quien en su amplia indulgencia, pasó a ser mi Segundo confesor y
Director Espiritual.

En su ausencia, casada y con mis hijos vinimos a Modelia, donde fuimos acogidos por todas las comunidades que tenemos en el barrio.

Poco a poco nos integramos, más con unos consagrados que con otros,
éste es el caso del Padre Rinno, quien invitó a nuestra hija Susana
para que acolitara durante la Eucaristía.


El Padre Efrén, Párroco de la Iglesia 
María Madre de las Misiones,
concretó el cargo de Susana y con generosidad, humildad y disciplina
le enseñóa a ser acólito de verdad. Mientras fue párroco, la
 “confirmamos”, bautizó a mi nieta Isabela
y fue mi confesor.


El Padre Carlos Olarte, actual Párroco y amigo, junto con todos los sacerdotes de la Parroquia, en especial el Padre Antonio, han sido nuestro apoyo. El padre Claudio, es mi actual confesor.
A través del Padre Renzo, mi vida y experiencias reciben orientación moral y espiritual, que repercute en la vida de familia.

Entre estas experiencias de mi hija y la mía personal, se abrieron las puertas de la Comunidad de las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada a través de la Hermana Nilka, quien con su hermandad, me acercó a Dios.
Fui su protegida moral y espiritualmente. Por su bondad conocí a la Madre Ana Margarita, Superiora de la comunidad y diferentes hermanas, que también se convirtieron en apoyo, caso el de las Hermanas Clara e Israelita.
También la Actual Superiora, Madre Nohemí.

En la comunidad Las Hermanitas de la Anunciación, permiten que nosotras 
visitemos su capilla, para en la privacidad, contemplar al Señor.

Son muy amigables con Susana y permitieron la experiencia 
de un día de convento para mi hija.

El convento de las Hermanas Sacramentinas, que son nuestras vecinas, 
con ellas, contamos una amplia evangelización de Eucaristía
y comunión.


¡No al aborto!  

No hay comentarios:

Publicar un comentario