En esta gran celebración de la Vida Consagrada hago votos de gratitud
a quienes de una u otra forma participaron con su ejemplo y evangelización en
lo que concierne a la historia espiritual de mi vida.
En particular nombro
en orden cronológico al Reverendo Padre Teodardo,
Capellán del colegio, del
cual fuí egresada, él pertenecía
a la Comunidad de los
Salvatorianos.
Este Santo varón
aceptó los caprichos de una niña que, a sus quince años,
buscaba confesarse de cara, cuando aun no era permitido.
buscaba confesarse de cara, cuando aun no era permitido.
Dirigió los retiros durante el bachillerato, y fue mi primer director
espiritual.
Bautizó a muchos de
mis sobrinos, me impartió la bendición matrimonial
y bautizó a mis cuatro hijos.
Seguidamente el Padre
Chaves, Párroco de la Iglesia del Espíritu Santo,
quien en su amplia indulgencia,
pasó a ser mi Segundo confesor y
Director Espiritual.
En su ausencia, casada
y con mis hijos vinimos a Modelia, donde fuimos acogidos por todas las
comunidades que tenemos en el barrio.
Poco a poco nos
integramos, más con unos consagrados que con otros,
éste es el caso del
Padre Rinno, quien invitó a nuestra hija Susana
para que acolitara
durante la Eucaristía.
El Padre Efrén,
Párroco de la Iglesia
María Madre de las Misiones,
concretó el cargo de
Susana y con generosidad, humildad y disciplina
le enseñóa a ser acólito
de verdad. Mientras fue párroco, la
“confirmamos”, bautizó a mi nieta Isabela
y fue mi confesor.
El Padre Carlos
Olarte, actual Párroco y amigo, junto con todos los sacerdotes de la Parroquia,
en especial el Padre Antonio, han sido nuestro apoyo. El padre Claudio, es mi
actual confesor.
A través del Padre
Renzo, mi vida y experiencias reciben orientación moral y espiritual, que
repercute en la vida de familia.
Entre estas
experiencias de mi hija y la mía personal, se abrieron las puertas de la Comunidad
de las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada a través de la Hermana Nilka,
quien con su hermandad, me acercó a Dios.
Fui su protegida moral
y espiritualmente. Por su bondad conocí a la Madre Ana Margarita, Superiora de
la comunidad y diferentes hermanas, que también se convirtieron en apoyo, caso
el de las Hermanas Clara e Israelita.
También la Actual
Superiora, Madre Nohemí.
¡No al aborto!
En la comunidad Las
Hermanitas de la Anunciación, permiten que nosotras
visitemos su capilla, para
en la privacidad, contemplar al Señor.
Son muy amigables con
Susana y permitieron la experiencia
de un día de convento para mi hija.
El convento de las Hermanas Sacramentinas, que son nuestras vecinas,
con ellas, contamos una amplia evangelización de Eucaristía
y comunión.
¡No al aborto!
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