domingo, 23 de diciembre de 2012

Natalicio y centenario 1912-2012


1998
Aparentemente, mi madre no tuvo otra enfermedad diferente a la vejez.
No fue una enferma terminal, estaba terminando su misión, 
de servicio, de ejemplo, de apoyo, ayuda, interés y amor...
Ejemplo, sí -fue el mejor espejo en el cual pude mirarme.
Mi madre, quien llenó de olvido y tolerancia su dolor. 
Sufrió en silencio, su inminente partida…
La fría noche del 3l de agosto, te perdí.. Al no tener tu mirada, tu voz y tus órdenes…-No quedó nada para mí- Me despedí para siempre. No quise guardar en mi memoria un rostro obligado al sueño… 
 Tu estática agonía pasó a su tercer día.
Un día de esos que congelaron mi alma…
Cuando tu vida pendía de un hilo, llegó a mi la memoria el fragmento de:
“Mi cuerpo errante se fatiga…de llevarme por la tierra”. Eugenio Montejo.
Eso, dio consuelo momentáneo a mi dolor.
A tu centenario y natalicio, te hablo del amor, como tal vez nunca 
lo expresé con palabras, ni caricias, sí, con mis sencillos actos.
No hay testigos…Solo Dios.
En ese ingrato 13 de junio de 1998, me dejaste y en el solitario 8 de septiembre, 
del mismo año, “me abandonaste”, con tu final partida.

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