Lo fácil de cuidarla...
Durante el tiempo que mi
madre vivió con nosotros, aun en
su estado delicado y
crítico,
Fue enriquecerme de su pasado, conocer costumbres en el tiempo
de su infancia. Hablábamos
con “arcaísmos”, y reíamos...
Supe los nombres de sus
familiares, anécdotas de cada uno de
ellos;
recordó, a mis preguntas, su vida.
Evocamos
recuerdos, aquéllos, que al mirar tu rostro veía iluminar,
y, con el despliegue
de tus labios, intuir, con un “puchero”, tu nostalgia…
Aprender de modas y comidas, escuchar un poco, la causa de tu triste
y
acongojado espíritu…
Madre!, dónde quiera que estés y si me
escuchas,
¡Te busco
en mi interior y acreciento la FE que me inculcaste!
Dedico mi veraz testimonio a Isabela, a mi familia y
a mi corazón.
Diciembre 25 de 2012
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