domingo, 23 de diciembre de 2012

Natalicio y Centenario 1912-2012



 N A V I D A D 

DivinoNiño-ElTambienLloró-0601

El mes de diciembre, festividad por el nacimiento del Niño Dios.
Fecha de grata recordación para la familia Bazzani Romero,
por el onomástico de mi madre, cuenta grandemente en mis afectos…
El 25 de diciembre de 2012, por: 
>El natalicio, en su primer centenario<.
Mi gran deseo es festejar, de mis recuerdos, tu natalicio del hoy, 
por el cumpleaños del ayer…
Dejar constancia de mi veneración por ti y el testimonio de gratitud 
por ser la madre que endulzaste mi vida con “leche y miel”, que elegiste 
a mi esposo y amaste a mis hijos.
Pensamientos sueltos de mi alma en un lejano diciembre…
El 24 de diciembre de1998, despertó mi mente de niña, añorando 
los mejores recuerdos…Esa conciencia infantil huérfana, expuesta 
al cruel vacío de tu ausencia…
Cuando partiste al cielo, dejaste por compañía, nuestros treinta 
y dos hijos, es decir, tus  nietos:
Roberto, Amanda, Blanca y Alexandra.
Nelson Humberto, Bianca Irassema, Luis Fernando, 
Claudia Marcela y Clemencia Susana.
Derquind José, José Rumualdo, Iliana y Gustavo.
Martha Piedad, Jaime Oswaldo y Ricardo.
Luis Augusto, Ingrid Cristina, Scheherazade, Madelene y Camilo.
Juan Carlos, Haideé Xiomara, Zoila Susana y Sebastián.
Delia Susana, Andrés Darío, Samuel Ignacio y Luisa Fernanda.
Santiago, Sara Esperanza María y María Angélica Susana.
También quedaron veintidós biznietos.
A esta fecha 2012, los menores de 14 años, no tuvieron 
la dicha de conocerte,  
entre ellos, Isabela, la hija de Santiago.
Mi madre de cuatro años

Diez y dieciséis años
Mi madre 69 años y mi hija, Susana, de dos.
Esta amplia familia sigue aumentando en tataranietos.

Natalicio y centenario 1912 -2012

Remembranzas de infancia

Unos diciembres cargados de potajes y postres que preparabas 
para adornar nuestra mesa de cedro, con mantel blanco y florero; 
se destilaba elegancia y etiqueta.

Con la "Cena de Navidad", -comenzaba la celebración de tus cumpleaños-.

Ajiaco Santafereño acompañado con pan francés, presa de gallina
y deliciosos postres, que escogíamos al gusto.
Si no fuera ajiaco, eran tamales con chocolate, garulla, pan francés,
mantequilla, queso,  un tanto que impedía al posillo la suficiencia,
para tanta harina.

A tu irónica pregunta de: "Postre no quieren",   
el unísono, "Síii”, que coreábamos hacía que apartáramos algunos comestibles,
para entonces, recibir el tan deseado postre. Arequipe, el más apetecido; 
arroz de leche o de mora, ambos si fuere posible; dulce de durazno,
brevas, uchuvas, papayuela, “postre colombiano o manzanas acarameladas”,
tus preferidos, y natilla blanca.

Por esas décadas, en casa era la tradicional “cena santafereña”,
aun no se había importado los buñuelos del Valle y del Tolima,
ni la natilla color caramelo.

Debajo de la almohada "los regalos del Niño Dios"...
La ropa que debería usar durante el año escolar; la que no había pedido...
- la bicicleta y los patines - algún día. Así año tras año, donde al abrir
los paquetes de vistosos colores, no causaba alegría sino rabia.

Otros diciembres, aquéllos menos amplios, los que dejaban el amargo 
sabor de una ilusión frustrada, con la puerta abierta a la esperanza 
del 6 de enero,  fiesta de los Reyes Magos. Así se cerraba mi espera, 
porque era una trunca promesa que no daba paso al reclamo.

Llegabas con cuadernos, forros, colores; útiles escolares que suplían 
los sentimientos esperados y hacían aflorar los encontrados, 
tal como los actuales "virus" en los programas de sistemas.

El 25, día de tu onomástico, imborrable fecha!



Recuerdo tus palabras como si no vinieran del ayer de los años,

sino de, las  horas del ayer...

Tus manos llenas de paquetes para la cena, en papel común y corriente,

ausente de cintas, festones y estampados y que nuestras inocentes miradas,  buscaban para adivinar la sorpresa...Aquella promesa del regalo de los

" Reyes Magos", que alimentaba la esperanza de un milagro!



Sí, a tu bolsillo le era posible dabas obsequios, con la sonrisa optimista,
que tus labios dibujaban y tu mirada traicionaba; nos hacías creer
en la visita de esos tres extraños seres...

Lo hermoso llegaba en el mes de enero con nuestras largas
Emotivas e inolvidables vacaciones.

¡ G r a c i a s   m a d r e !
Aquí queda mi leal amor por ti, en este añorado episodio que alimenta
mi alma y sepulta los pensamientos del ayer.
 

Natalicio y centenario 1912-2012


1998
Aparentemente, mi madre no tuvo otra enfermedad diferente a la vejez.
No fue una enferma terminal, estaba terminando su misión, 
de servicio, de ejemplo, de apoyo, ayuda, interés y amor...
Ejemplo, sí -fue el mejor espejo en el cual pude mirarme.
Mi madre, quien llenó de olvido y tolerancia su dolor. 
Sufrió en silencio, su inminente partida…
La fría noche del 3l de agosto, te perdí.. Al no tener tu mirada, tu voz y tus órdenes…-No quedó nada para mí- Me despedí para siempre. No quise guardar en mi memoria un rostro obligado al sueño… 
 Tu estática agonía pasó a su tercer día.
Un día de esos que congelaron mi alma…
Cuando tu vida pendía de un hilo, llegó a mi la memoria el fragmento de:
“Mi cuerpo errante se fatiga…de llevarme por la tierra”. Eugenio Montejo.
Eso, dio consuelo momentáneo a mi dolor.
A tu centenario y natalicio, te hablo del amor, como tal vez nunca 
lo expresé con palabras, ni caricias, sí, con mis sencillos actos.
No hay testigos…Solo Dios.
En ese ingrato 13 de junio de 1998, me dejaste y en el solitario 8 de septiembre, 
del mismo año, “me abandonaste”, con tu final partida.