Salmos 139, 6 y 56
El Señor se valía de parábolas para enseñar.
Parábola de la cizaña.
“Quien quiera que tenga oídos, que oiga”.
-Nosotros debemos estudiar e investigar
las Escrituras y los Evangelios.
-Interpretar el amor de Dios y darlo en Su nombre.
-Buscar armonía en nuestra vida con:
Oración, trabajo y recreación.
La sola oración fatiga el espíritu;
el solo trabajo fatiga el cuerpo y la sola recreación,
hace que la vida se convierte en una fiesta.
-“Enseñar sin ambigüedades en la índole moral,
siguiendo la penitencia y la reconciliación”. –
Juan Pablo II.
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