domingo, 9 de octubre de 2011

Jesús sana el alma


y lo más profundo del corazón

Dentro de las lecturas de octubre 9 se nos invita a consultar para la evangelización a Timoteo 6. – Mateo:4. 5,23. 6, 7 y 10. Isaías 3. Corintios 2,11.

Con las anteriores lecturas podemos aprender que, Jesús Hijo del Altísimo, dijo en casa de Mateo: “Yo no vine por los justos, yo vine por los pecadores. Yo no vine por los sanos, sino por los enfermos”.

Sus ejemplos los vemos con Nicodemus, Magistrado converso, que venció el “temor reverencial”, porque le producía vergüenza demostrarse admirador de Jesús. Esta misma vergüenza que tenemos la mayoría de los católicos, cuando nos da pena practicar nuestra fe y darla a conocer.


 Nos llamamos católicos y sin embargo, no asistimos a la Eucaristía con el debido   respeto y reverencia que merece el Señor y su Templo. A veces, nuestro vestuario es inadecuado y llevamos a la Misa mascotas. En este espacio sagrado nos comportamos irreverentemente, como si estuviéramos en un parque; hacemos visita social con nuestros acompañantes y parejas.

 Creemos que somos cristianos y no conocemos ni seguimos el Evangelio. Fuimos bautizados y, como católicos, no guardamos el debido respeto y  
amor por la Madre de Dios, la Virgen Santísima, primera discípula y
evangelizadora del Señor.

Sanaciones y curaciones.-

El Señor sanó a Nicodemus, a Saqueo, a Mateo, a María Magdalena, a la samaritana, a la hija de la siriofenicia, a la adúltera, al servidor del Centurión y a Pedro.

Qué curaciones fueron éstas? Sanaciones del alma y el corazón.

Cuántos políticos nuestros y del mundo necesitan esta misma curación? No culpando, ni juzgando, ni condenando. Muchos más fueron curados por el Señor y convertidos y nosotros continuamos sin fe.

Creemos en Jesús, pero no le creemos a Jesucristo, dueño de la vida, quien con su  resurrección nos perdonó. Quien al momento de su última agonía, promete al ladrón: “Hoy mismo estarás Conmigo en el Paraíso”.

El Dr. Arango citó ejemplos de conversos, santos y beatos, como también mayores testimonios de cristianos.

-        Grandes en la fe como María Magdalena, la samaritana, la siriofenicia y el centurión.

-        Hermoso arrepentimiento, el de Pedro, primer Pontífice de la Iglesia Católica, única y verdadera, pese a nuestros errores. Su silvestre e ignorante apóstol, que muriendo mártir, “pidió que lo crucificaran con la cabeza hacia abajo, porque se sentía indigno de morir como su Maestro”.

-        Con el desprendimiento, amor a los pobres y humildad, A Juan XXIII.

-        Con ejemplo de cristiandad, al pueblo de Japón, por su solidaridad, respeto por el prójimo y civismo, después de la tragedia del zunami.

Innumerables ejemplos podríamos citar, que no caben en la Biblia, nuestro único  testimonio de las sanaciones y curaciones del Señor.

Recopilación de Evangelización en las palabras de Rafael Arango octubre 9 de 2011



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