Todos tenemos una madre tierra cual es, el
país dónde
nacimos, nos hemos nacionalizado, o residimos.
Una madre chica a cuya ciudad o pueblo pertenecemos.
Un lugar que nos ha acogido, por razones de
desplazamiento
o cambio de empleo.
En todos estos lugares debemos tener un
comportamiento
Ético, adecuado, cortés, educado,
considerado y cívico.
Debemos respetar las leyes que estén
vigentes, las
reglas y normas que allí se observen y no
imitar el mal
comportamiento de sus nativos.
El Templo
Lugar sagrado que debemos venerar, hacer
alabanza y cada vez que
participamos de las ceremonias, oraciones y rezos, hacerlo
con respeto,
no interrumpir a quienes llegaron primero y centrados,
se
encuentran meditando u orando.
Tratar de informarnos cuál es la ceremonia que
se celebra y participar
de forma individual, en el comportamiento y
comunitaria, para no distraernos.
En ocasiones nuestro comportamiento
es inadecuado por desconocimiento de
la práctica de nuestra fe.
Tal es el caso de entrar a deshoras, sin
el compromiso de que la misa empieza
es inadecuado por desconocimiento de
la práctica de nuestra fe.
Tal es el caso de entrar a deshoras, sin
el compromiso de que la misa empieza
en punto de la hora
anunciada.
No usar vestuario llamativo, irrespetuoso al entorno
de la Eucaristía,
tampoco cuando participamos para recibir al Señor,
bajo la
especie consagrada del Pan.
Saludamos a quienes han llegado a tiempo, conversamos
con personas
que nos acompañan e ignoramos el momento de las lecturas y el Evangelio.
Durante la Homilía somos indiferentes a las orientaciones
que el sacerdote
ofrece.
Falta de amor al Creador, en la Persona de
Nuestro Señor Jesucristo,
cuando el sacerdote va a consagrar o está consagrando
las especies
de pan y vino, para que el Señor baje del cielo. Instante sagrado
que merece todo nuestro recogimiento, respeto y amor.
Los teléfonos personales interrumpen la
concentración de los feligreses,
porque son portados con descuido, es decir se
dejan encendidos
y se atienden llamadas, como si no estuviéramos participando
de la Santa Misa.
Es prudente y ético el respeto al Señor y
la consideración de quienes
asisten con veneración al Templo, Casa de Oración o
al Sagrario.
Debemos entrar con recogimiento y decoro.
En ocasiones irrespetamos, acomodándonos
como si fuera la sala
de nuestra casa, saludamos a quienes están orando e
interrumpimos
sus rezos, para, luego, saludar al Señor…
Somos indiferentes cuando estamos al frente
del Sagrario,
a la Eucaristía, siendo que debemos guardar atención y silencio.
Dista mucho del respecto por parte de
algunos asistentes a la Eucaristía la conversación entre familiares y amigos;
la entrada de mascotas al templo y la atención que se presta a éstos animales.
la entrada de mascotas al templo y la atención que se presta a éstos animales.
Fuente de apoyo,
Manual de Urbanidad de
Don Miguel Antonio Carreño
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