Con un justo análisis de lo que me tocó a mí,
puedo decir que papá era un hombre de temperamento estricto y su disciplina
radical, la que manejó hasta la muerte.
Tomaba comportamientos inesperados, con
presunciones imaginarias, adversas todas hacia él, sin embargo, sin juicios, ni
críticas, agradezco mucho de su genética como la honestidad, la delicadeza y la
dignidad.
No me hubiera gustado heredar una mística
hacia un apellido.
Eso pertenece al orgullo. Bazzani tiene
una musicalidad que agrada, no quiero hacer caso
omiso de ella, pues lo más cierto es que sigue llamando la atención de quien la
escucha.
El legado del apellido, está en la genética y
lo aplica quien quiere.
“Los dedos de la mano no son iguales”, decía
mi madre, causa por la cual entre los hijos de Humberto y Susana, cada quien
tomó y aplicó lo que le pareció.
Unos lo tomaron literalmente y lo divulgan
aunque no lo apliquen.
Otros no lo predican y lo aplican y otros lo
desconocen.
Por lo demás que puedan argumentar algunos
participantes de la familia, sé que guardamos cálidos y fríos sentimientos, que
nos han hecho bien…de una u otra forma.
Papá ayudó a Dios en la creación y nos enseñó
ecología cuando de este tema no se hablaba. Amó los animales y las plantas.
Lo que más admiro de su ejemplo fue el
desprendimiento del dinero. Pudiendo haber convertido su vida en boyante, no lo
hizo y me dejó una mística limpia.
Siendo capitán del ejército de Colombia, fue llamado por el Gobierno Nacional para que se ocupara de la pacificación de las bananeras del Magdalena, cuando la masacre de éstas.
Por lo tanto, tuvo que retirarse del ejército para
convertirse en Mayor de la Policía.
A su regreso de la costa, por razones de
estado, tuvo que dejar las fuerzas militares.
Fue sobresaliente en la milicia e ingeniero; pertenecía a la caballería.
De sus logros, que yo sepa, ganó un concurso
de “tiro al blanco”.
Formó parte de los militares de la década del
general Rojas Pinilla y no aceptó reincorporarse a las filas cuando él lo
llamó, durante su gobierno.
Fue condecorado como uno de los dos últimos
militares, por la década del 80, si no estoy mal. Terminó sus días como General de la República,
en retiro.
Detalles que puedan enriquecer o empobrecer su
vida, son de mi reserva y no comparto crítica póstuma.
Era mi papá.
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