jueves, 5 de diciembre de 2013

Meditación en sueños

Con motivo de la noticia de que los colombianos descendemos
cualitativa y cuantitativamente, en la apreciación educativa internacional,
fui a mi lecho pensando en “Pregunta Yamid”...

Tuve personal respuesta:

Los colombianos no son educados por profesionales
de las áreas, sino por -aspirantes a docentes,
con un escaso conocimiento de lo que es ser maestro,
mientras terminan en la universidad, su verdadera inclinación
en profesiones ajenas.

Ser maestro es más que una profesión, una vocación.

“Zapatero a tus zapatos”   

Meditando en lo anterior, traje de mis memorias de   
marzo 8 de 2007, la siguiente oración confesatoria a Dios,
que entregaré para compartir.
I
¡Señor!
He completado otro ciclo… Cuando Tú lo dispongas

Deseo Padre! Que al sacarme de la vida activa laboral
tengas para mí el sustento que siempre me has dado;
que mi seguridad no se pierda porque de ella ha dependido
la firmeza de carácter en un salón de clase, al frente de sesenta
y tantos ojos, que esperan ansiosos el milagro del aprendizaje
o la inmediatez de una enseñanza que les haga cambiar
el vaivén de su vida; desviar sus inseguros pasos o suprimir
la nebulosidad de sus metas y la inquietante idea de que van allí,
porque algo sucederá…
Su Arco Iris no les es visible
Yo, Señor he hecho lo que he podido, la mitad del tiempo,
en tu nombre; la otra mitad, creí, que con honestidad y disciplina
lograría en ellos lo propuesto, respecto de los valores, no ha sido así…

Hoy, después de doce años, las tribulaciones vuelven,
porque la torpeza de su caminar anda a pedazos; van lento
hacia una meta desconocida y un sendero sin precisar.
Creí Señor que tu Luz sería siempre el bombillo encendido
para no lastimar a ninguno, sin embargo, aflora la desesperanza
de no encontrar un sí a sus expectativas y caprichos;
una acertada respuesta a sus dudas, una contra pregunta
a sus retos; hallan en mi rostro el de una abuela regañona,
en mi voz la de una madre o padre autoritarios
y rigidez en mis costumbres.
Por ello, te pido perdón.
Entiendo que todos ellos cuidan el sustento de sus
docentes, como instrumentos tuyos!
¡Basta Señor!

¡No al aborto, al idealismo de género y a la guerra!



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