¡Señor!
He completado
otro ciclo… Cuando Tú lo dispongas
Dolor…
Aquel cuando mis amigos también dudaron
de mí,
como Tomás, Contigo… y débiles o firmes
continuaron
dándome en su aprecio, valor.
Sé que habré cometido garrafales
errores, ellos involuntarios,
los basé en mis mejores intenciones, todos,
con antelación de tu permiso.
Si el juicio es tuyo Señor nada me
queda
por decir, me juzgarás
donde no hay tiempo ni espacio,
donde no
habrá descargos,
ni explicaciones, ni dudas, nada,
nada,
porque
el juicio
divino es verdadero.
Sabré que aquí, mis jeques, zaques
y
zipas, tuvieron la razón.
Allá solo tu
razón será verdad!
Un favor más alma mía, mi
Señor Amado,
déjame bendecir a todas
las niñas que creyeron en mí,
a los
contados chicos que siempre
respetaron mi afán por educarlos
y
forjar para ellos un futuro decente.
Permíteme que bendiga a mis compañeras
que envidiaron
mi sincera forma de proceder; a las que
egoístas, me hicieron
superarme y perfeccionar mi clase; a las
niñas que en una mirada
y con sus oídos abiertos bebieron mis
frases,
mis orientaciones, mis enseñanzas.
Lléname de Ti para que jamás deje de
enseñar y déjame oír tu voz
para seguir por el sendero armónico de
la vida llena de paz!
Permíteme merecer la tibia luz de tu
piedad y el perdón
de tu misericordia y, al final no
triste, ni oscura, ni fría,
una firme parada en la meta final de mi
existencia.
¡No al idealismo de género, atenta
contra la humanidad.
No al aborto, no a la guerra!
…Memorias, marzo 8, 2007
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