Recopilación y complementación:
En el impedimento
físico, hay situaciones y actitudes que llenan nuestra vida,
alimentan el alma,
tonifican el espíritu, proporcionan descanso a nuestro cuerpo
y paz a la
ansiedad.
Por ejemplo, la oración, la contemplación, los “paseos
mentales”,
los desiertos * y las
vacaciones instantáneas.
-Los
métodos de educación actual impiden el deleite de la imaginación y sepultan la
fantasía-.
Con
la observancia de la naturaleza, tendríamos el alimento total del éxtasis
vivificante del espíritu, para dar paso a la vida misma, sin dejarnos tocar por
la monotonía.
“Por qué te vas tan lejos”? Respondí a
buscar horizontes…
Pregunté, y a ti qué es lo que más te
agrada?
“Mirar las montañas”, contestó.
Su respuesta de ese ayer lejano cobra
importancia hoy.
Para esa época, no
encontré sabor ni profundidad a su respuesta,
Ahora, considero que
esas alturas nos acercan no a la observancia de la cima,
a dónde llega la mirada
de nuestras
pupilas, sino a la trascendencia del espíritu.
pupilas, sino a la trascendencia del espíritu.
Exploramos
cerca y lejos buscando llenar nuestras vacíos y ansiedades,
sin
darnos cuenta que, no es la altura de los montes, ni el horizonte en el mar,
ni la lejanía y altura del firmamento, la blancura de las nubes, el sol y las estrellas,
*los oasis, lo que pueden regalar la
fantasía, la felicidad, los sueños, la salud y el amor…
Es
Dios, que reside en nuestro corazón en un alimento mutuo de su amor por
nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario