Las enfermedades son -los gritos
mudos- del cuerpo.
Las enfermedades no existen.
Se presentan para que nuestro cuerpo se
manifieste.
Las enfermedades son el lenguaje del alma,
la inspiración,
aviso del espíritu y muestra la deficiencia
de uno
de nuestros órganos.
Las enfermedades pueden presentarse para
llamar la atención*,
buscar protección y por somatización.
hacia la familia, el entorno y el medio
ambiente.
Cuando se presentan las enfermedades
debemos hacer
-Análisis
de nuestra vida.
-Reflexión
sobre nuestros actos,
-Cambio de hábitos.
Buscamos cura a nuestras enfermedades por
la acción mágica del médico y con la
esperanza
de los medicamentos.
No nos detenemos a los puntos anteriormente
nombrados.
El análisis
de nuestra vida es una exploración para nuestros actos
que nos lleva a reflexionar y cuyo resultado debe ser
un cambio
de hábitos, que si bien no son condenables,
pueden estar causando malestar.
Las reacciones bruscas ocasionan el
debilitamiento
en cualquier órgano.
La familia juega el papel importante del
apoyo y es la única que
nos puede sacar del atolladero de las enfermedades,
si abre fuentes claras al entendimiento, no
critica, ni culpa.
Órganos afectados
Los ojos se afectan, cuando no queremos
ver.
Los oídos, cuando no queremos oír.
La nariz, si consideramos que alguien constantemente
nos agrede.
La garganta, cuando no podemos hablar.
El Estómago, cuando no asimilamos lo que
acurre en el entorno.
Las alergias, se producen porque no podemos
defendernos.
La tos, es el producto de un rechazo
inconsciente
a una situación inesperada.
Todo el conjunto,
causa debilitamiento, baja de defensas
y atrofio de algún
órgano, por enfado, ira reprimida e impotencia.
Los alimentos y las enfermedades
Los alimentos no son la causa de las
enfermedades.
“Nada de lo que entra por la boca hace
daño”. Jesús
Cualquier órgano se afecta porque presenta
una deficiencia,
que obedece al temor de una causa externa.
-Los adultos deben buscar la cura con
calma-
- los mayores a través de la reflexión-
- los ancianos con protección y
- los niños con amparo-.
Cuando no hay cambio de hábitos, la falta
de apoyo es lo que causa las diferentes afecciones, porque mudos los gritos del cuerpo, no se han escuchado.
Recopilación: Louise L. Hay