martes, 15 de noviembre de 2011

Por un Tesorio que nos recrea

              El 16 de noviembre es un día muy especial en nuestras vidas.
Quiero dedicar a mi nieta las entregas de blogs que ilustran el tiempo pre y navideño, pues estamos, exactamente a un mes, del primer día de la Novena de Aguinaldo.
Con tal motivo he escogido la primera entrega que los ilustrará
respecto de la mejor época,
 ¡Navidad!
 Amigos de vueloycolorido
 Deseo encontrarme con ustedes durante el tiempo pre-navideño, para compartir las recopilaciones que tengo respecto de la Navidad, pues vivo enamorada de estas festividades.
 Las entregas se harán enumeradas por temas.
 I) Adviento es el tiempo que nos prepara para la llegada de la Navidad.
 En el año 2011, como año civil, el Adviento comienza el 27 de noviembre,
fecha en la cual inicia el año litúrgico.
El Adviento dura casi un mes, según el año sea de 365 ó 366 días.
 Acostumbramos a ver durante la Navidad una corona, que  llamamos la “Corona de Adviento”.
Es un signo de fe en Cristo, cuya forma circular indica que el Señor no tiene principio ni fin.
 Su color es verde, símbolo de esperanza y de vida.
Se adorna con los colores b l a n c o,  p o r   l a  p u r e z a,
rojo por el amor de Cristo Jesús a la humanidad;
dorado por la realeza del Señor.
 Lleva cuatro sirios que se encienden uno, cada domingo 
de las cuatro semanas que dura el Adviento, para indicar la  
Luz de Cristo.
 Algunas iglesias y personas le colocan luces de Navidad,
 para ampliar la luz,  fe y presencia de Dios vivo.
 El Adviento nos prepara para la llegada de la Navidad y
la Navidad nos recuerda el nacimiento del Señor. ¡Cristo vive!
Recopilación de la explicación dada por 
Monseñor Gabriel Londoño Sepúlveda.
Llegó
Navidad
Yo quiero en esta
Navidad armar un árbol
dentro de mi corazón, y en él
colgar los nombres de mis amigos:
los que viven lejos y los que viven cerca;
los antiguos y los más recientes.
Los que veo todos los días y los que raras veces veo…
Los que algún día quisiera ver.
Los que siempre recuerdo y los que tengo en el olvido…
Los de las horas difíciles y los de las horas felices…
A quienes, sin querer herí y los que sin querer
me hirieron… Aquellos que conozco profundamente y aquellos
que poco conozco. Mis amigos humildes y mis amigos importantes…
Los que me enseñaron y los que tal vez, un poquito aprendieron de mí…
Quiero que este árbol tenga raíces profundas, para que los nombres de mis amigos nunca sean arrancados de mi corazón y que sus ramas se extiendan
para agregar nuevos nombres, que venidos de todas partes se junten con los
ISABELA
ISABELA
ISABELA
ISABELA
ISABELA
ISABELA
ISABELA
ISABELA
ISABELA
ISABELA
ISABELA
ISABELA
ISABELA
ISABELA
ISABELA
ISABELA
ISABELA
ISABELA
ISABELA
ISABELA
ISABELA
    Bienaventurada seas tú…

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