jueves, 14 de agosto de 2014

Con el corazón en la mano

Te doy
Gracias Señor por darme esperanza y felicidad, 
aquel jueves 17 de junio de 1970, en el lugar más bello 
que tiene la sabana de Bogotá, Subachoque.
Ahí estabas en un paisaje hermoso de azuladas colinas 
y abundante vegetación. Tú nos mirabas con un cielo 
despejado y unías nuestra ilusión.
Nada, de cuanto mis ojos habían visto en tantos lugares, 
era tan hermoso, en ese medio día, como divisar las montañas 
que separan el lindo terruño de Subachoque y Tenjo.
Allí, al lado de un corredor de pinos y sobre un caballar estaba, 
el coqueto galán que tenías reservado para mi novio y esposo.
Con él, diste a mi corazón el aliento del amor y fusionasTe 
a mi alma tu LUZ, en el amor "a primera vista”, 
del atardecer de ayer…
Aquel jueves, su singular educación cautivó mi entusiasmo.
Su tez y facciones, color de cabellos y ojos, prendaron mi femenina espera, -ese prototipo de alma que toda mujer soñaba-, 
cuando existía el romanticismo.
A mi intuición, respondió la firmeza de carácter de Jairo, 
deteniendo mi atención… y aquí estoy, esposa, madre y abuela.
Qué hace la convivencia nuestra por 43 años?
El respeto y el perdón.

*En aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús, 

le preguntó: "Señor, si mi hermano me ofende, 

¿cuántas veces le tengo que perdonar? 

¿Hasta siete veces?". 
Jesús le contestó: 
"No te digo hasta siete veces, sino hasta 

setenta veces siete".Mateo 18, 21-29. 
Casa para tu Fe Católica.

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