martes, 28 de enero de 2014

Peregrinaje con techo y suelo II

Después de pasar por algo así como treinta 
–techos y suelos-, de cada uno hay una historia, 
-MI HISTORIA-
Logré rescatar algunas situaciones que impactaron 
mi niñez y juventud.
El Neno y la nena... 
En los siguientes cinco: en uno, inocentemente jugábamos 
con esos animalitos que impresionan muchísimo, eran blancos; 
jugábamos como si fueran conejos, hasta que Emilio, 
el esposo de mi tía Soledad, advirtió a los mayores, 
el peligro que corríamos.
En otro, de pronto lo más trascedente, fue
LA NAVIDAD
dónde conocí juguetes, y la experiencia del 
primer Pesebre; reconozco que no fue para mí la ilusión 
del disfrute, porque los muñecos no tenían vida.
Seguidamente, en 1948, en un lugar campestre,
la recreación, la naturaleza y, conocer a papá 
fuera quizá, lo más relevante.
En casa del señor Pizón, las visitas de amistades de Chapinero, 
el Bogotazo, una grave enfermedad de mi abuelito 
y la muerte de mi abuela Susana, contrastaron mi vida. 
Mi madre en Villeta
Era una pequeña quinta con verja y antejardín, 
de patio cerrado, adornada con el color de variadas flores, 
que mi madre cuidaba.
               En la granja de la señorita Anaís, recibíamos apoyo 
          de mi abuelito Atanasio. Los Ayala, también nos visitaron.
         Conocí el miedo y la familia y con la anécdota de la gallina”;
                       supe de la rectitud y honestidad de mi madre.                  
Raizulí, actual
-Para el año 50 ocupábamos una casa pintoresca, 
que llamaban “Gallinero”, tal vez por lo enjuta y alta, 
situada al frente del Club Campestre de Fontibón, cuyo lugar, 
frecuentaban las Tello. 
Me llamó la atención las pequeñas 
cortinas que mi madre cosía para todas las ventanas, 
lo que ocasionó un accidente en su dedo pulgar; se clavó 
la aguja, que difícilmente pudo sacar, de debajo del píe, 
de la máquina y luego se puso una telaraña. 
Sanó perfectamente...
En aquella casa dizque asustaban, dice Neno. 
Compartíamos nuestra vivienda con el hogar de Luis, 
mi hermano mayor. 
Experimenté 2º. Grado Elemental, en el colegio del 
Perpetúo Socorro,  de la señorita Sofía, la del cuento 
del mantel, la regla y la libreta de calificaciones.

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