sábado, 31 de diciembre de 2011

Oración por la familia

Señor, 
que en nuestra casa, cuando se hable,
nos miremos a los ojos y busquemos crecer juntos;
que nadie esté solo en la indigencia o el aburrimiento;
que los problemas de los otros no sean desconocidos e ignorados;
que pueda entrar quien tenga necesidad y sea bienvenido.
Señor, 
que en nuestra casa sea importante el trabajo,
pero no más importante que la alegría;
que la comida sea un momento de gozo y conversación;
que el descanso sea paz del corazón y del cuerpo;
que la riqueza mayor sea estar juntos.
Señor, 
que en nuestra casa el más débil sea el centro de atención;
Que el más pequeño y el más viejo sean más queridos;
Que el mañana no nos de miedo, porque Dios siempre está cerca;
Que cada gesto esté lleno de significado;
Que demos gracias por todo lo que la vida nos ofrece y tu amor nos da.
Señor, 
que nuestra casa sea el lugar de acogida como la casa de
Marta, María y Lázaro, en Betania. Amén

sábado, 24 de diciembre de 2011

Haz Navidad a un semejante


Dios se hace hombre


“La Palabra eterna se ha hecho pequeña,
tan pequeña como para estar en un pesebre.
Se ha hecho Niño para que la Palabra
esté a nuestro alcance.
Ahora la Palabra no solo se puede oír,
no solo tiene voz, sino que tiene un rostro
que podemos ver:
Jesús de Nazaret”
Benedicto XVI

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Época de Navidad, para compartir


 La linda época de Navidad, nos inspira y trae recuerdos que alimentan el alma, fortalecen el espíritu, aumentan la fe.

Para que quienes lo lean, sepan cuan importante es la familia.

  Anécdota:
“Corría un tiempo de vacaciones, en  el año 2004. Había pasado largo tiempo, sin dos de los hijos en casa. 
Se habían casado.
 La cena en casa ya no era completa, respecto de quienes antes compartíamos y al estar de nuevo, la familia nuclear, participamos 
gustos y menús.
 Como somos una familia tradicional, estábamos padres e hijos, sin los cónyuges respectivos, entonces, volvimos a sentir el calor de hogar, conscientes de que ellos volverían a sus hogares independientes”.

Hijos, esto es una añoranza permanente que vivimos los padres y que los hijos ignoran…

Sin embargo, sé que cuando partamos… serán ustedes quienes hagan remembranzas y se enteren de vivencias…

Tal vez jamás ha pasado por su imaginación lo rico que ha sido esta nueva 
experiencia de estas vacaciones mías... -De pronto no sabrán que fue una indulgencia volver a contar cinco en la mesa... Aunque solo haya sido a instantes; fue halagador y divino verlos ahí...
Una delicia, reír!...

Le agradezco al Infinito darme la oportunidad de estar con ustedes y créanme una cómplice o solidaria, cuando de compartir se trate.

Los comprendo, quisiera ayudarles muchísimo! Solo que por ahora no me es fácil.
Sigan viviendo y disfrutando, sáquenle jugo a la única nota que se me ocurrió dejarles:

“Soñar es proyectar y que presente a la esperanza esté la acción”.

Les ama, Mamá

lunes, 19 de diciembre de 2011

Regalo de Navidad



-Maestro, me siento tan poca cosa que no tengo ánimo para hacer nada…
Quienes me rodean me han hecho sentir que soy torpe, que no hago las cosas bien...
Cómo puedo mejorar? Superar mi autoestima?
El maestro sin mirar le dijo:
-Lo siento mucho, en este momento no puedo ayudarte, debo resolver un problema personal. Quizá después…Y, agregó:
Tal vez quieras ayudarme, y yo pueda resolver el inconveniente más rápido.
-Encantado, maestro titubeó el joven, sin embargo, sintió que sus necesidades eran postergadas, que de nuevo era desvalorizado…
-Bien, asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo meñique, lo entregó al muchacho y le dijo: toma el caballo y ve al mercado…
Debo vender este anillo para pagar una deuda, trata de obtener la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Apúrate! Regresa lo más pronto posible.
El joven cogió el anillo y se fue. Una vez en el mercado empezó a ofrecerlo, los comerciantes lo miraban con interés, hasta cuando el muchacho les decía el precio del anillo.
Algunos reían. Otros se marchaban, solo un anciano fue considerado, se dirigió al joven y le explicó que una moneda de oro era muy costosa para darla a cambio del anillo.
En ese momento, alguien que quería ayudarlo le ofreció una moneda de plata y una extra de cobre, como el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro, rechazo la oferta.
Después de pasar todo el día ofreciéndolo, sin conseguir venderlo, montó a caballo y regresó a donde el maestro.
Meditó: “Si yo tuviera la moneda, se la entregaría al maestro, para quitar su preocupación y recibir a cambio su consejo…
Entró en la habitación…
-Maestro, lo siento, no pude conseguir lo que pediste…
-Quizá pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que pueda engañar a nadie, respecto del verdadero valor del anillo.
-Qué importante lo que acabas de decir, joven amigo, contestó sonriente el maestro. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Ve al joyero, quién mejor que él para cotizarlo?
Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuánto te da por él, pero no importa lo que ofrezca, no lo vendas, tráeme mi anillo.
El señor de la joyería observó el anillo a la luz del candil, con su lupa, lo pesó y le dijo:
-Dile al maestro, que si lo quiere vender ya, solo puedo darle 58 monedas de oro.
-Cómo? 58 MONEDAS! Exclamó el joven.
-Sí, replicó el joyero, con más tiempo podríamos obtener 70, pero no sé… Si lo vende es porque tiene una emergencia…
El joven corrió emocionado a contarle al maestro.
-Siéntate, dijo el maestro… Tú eres como ese anillo. Una joya valiosa y única!
-Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?
Se volvió a colocar el anillo…
-Todos somos como joyas. Valiosos, irrepetibles y andamos por los mercados de la vida pretendiendo que gente egoísta o indiferente nos valore, nos acepte, nos aprecie…
-La joya que somos nosotros debemos  estimarlo nosotros mismos, descubrir nuestro propio valor; pulirnos y superarnos cuanto sea posible y necesario.
-"Nadie te puede hacer sentir INFERIOR sin tu consentimiento".
-Recuerda lo mucho que vales, aunque en tu entorno no encuentres quien te lo diga. Formas parte de la creación de Dios.
Recomendación: "Jamás mientas para no engañarte. Lo que hagas, hazlo  bien.
Tu alma no está en venta, suficiente, si te respetas".