Esa es la eterna ley – Así va unida
la tarde con la aurora de la vida
el dulce ángel
guardián, de alas de oro
contemplando a la
nieta, su tesoro,
con unción inefable
está la abuela.
Ya por los años su
cabello cano
nada pide en la vida a
la fortuna
y ora entretiene la
cansada mano
en arrullar con
movimientos leves
a la niña dormida entre
la cuna.
Así naturaleza cariñosa.
Junta la frente de color de nieve
con la frente que al beso de la angustia,
quedó por siempre oscurecida y mustia,
los tintes opalinos de la aurora,
con los que el sol al ocultarse dora,
las risas infantiles y la pena.
El prado verde y la desnuda c
la vejez que a la tumba se aproxima
y la niñez purísima y serena!
Al través de las brumas de los años
torna un momento a su niñez lejana,
feliz edad de plácidos engaños.
Mientras sueña la niña ved un ave
que la clara extensión, llena de vida,
cruza en continuo movimiento suave
entre la luz crepuscular perdida!
Cuando a la niña traigan los amores,
enjambres níveos de ilusiones gratas
en los días de sol, ramos de flores
y en las noches de luna, serenatas.
Cuando abra a los placeres la pupila
en brazos de la sombra y el misterio
la pobre anciana dormirá tranquila
en el cristiano y santo cementerio.
¡Oh! Decid si en sus plácidas visiones
algo miró vuestra alma, más risueña
que la cuna do entona sus canciones
los sonrientes ángeles del sueño!
Archivo del abuelito, autor desconocido.
Lee en comentarios de este blog, mi saludo.