“Quien calla otorga”.
“El
silencio es la aceptación de la contraparte”.
Algunos adagios aplicados en mi familia, referentes al
/silencio/.
Estas
cualidades, defectos o virtudes nos orientaron
hacia
un silencio que no obedecía a humildad de espíritu, ni a
sencillez del corazón.
Por las razones que vive la humanidad, voy a pensar,
retrospectivamente, si cabe el término, en cosas y casos
que se comentan y repiten.
Por las razones que vive la humanidad, voy a pensar,
retrospectivamente, si cabe el término, en cosas y casos
que se comentan y repiten.
Hubo
quienes comentaron que un buen
conversador:
“Habla
hasta por los codos”. Otros, que quien sabe callar,
sabe observar.
Sin embargo, en lo
personal, justificando algo del “atropello
de mis palabras y el hurto a las voces de quienes hablan”,
acepto que la "palabra" es un Don puesto al servicio del aula,
las salas sociales, y en todo instante cuando necesitamos
“escuchar voces”. Podemos respetar la opinión, el concepto,
la interpelación y la individualidad de nuestro
interlocutor.
El silencio, obligado por la convivencia del dolor a la libertad
actual, puede haber
alimentado o dejar desértica el alma.
El silencio, mientras los
demás hablan, nos hace entender lo
que se escucha, observar actitudes, ver en
lo profundo del alma
y escudriñar los pensamientos. Nos permite saber la verdad
y
el engaño. Nos deja comprender…
hablaban y yo, que amaba la palabra. Creí que era
una deliciosa conversadora.
Me acogí al apelativo de “Cajita
de música”, dado por mi madre;
me
pareció tan dulce que estimuló mi charla. No sé si mucho, extra,
o si
debí callar algunas veces…
Todo
es presente ahora. Traigo la anécdota
del joven congresista
que, en
su primera aparición ante la Cámara, preguntó a su viejo
maestro y político:
-
“Profesor, cree que es hora de hablar?
A lo cual, respondió su antecesor:
-
“Preferiría que callara, por lo menos hoy…”
Según el Padre Larrañaga,
la Virgen María fue la Señora del
Silencio”. Explica que María,
jamás preguntó el “porqué de los
acontecimientos, desde la Anunciación
del Arcángel San Gabriel,
hasta la Crucifixión de su HIJO JESUCRISTO”. La Madre obedecía
y aceptaba con un “HÁGASE” tu Voluntad.
Apéndice:
Hay quienes dicen que, en una pareja dónde hay un buen
conversador,
el otro es un excelente escucha. Este fue mi caso
en particular. No sé si “buena conversadora” o no…
Lo cierto es que en este corto tiempo de obligado silencio,
mi alma grita que así debí estar siempre…