jueves, 15 de diciembre de 2016

Si a esto se le puede llamar personalidad…

 Interiorizando una experiencia de infancia,
aprendí que no se puede ser tan volátil 
como la mariposa.
                                      
Voluble, como las delicadas 
flores de barbasco. 















                                                           Menos tajante
que la flor de la cortadera.
Recordé que “el camino más corto es el atajo”.
De joven acorté distancia, por las paralelas 
de la autopista.
En la madurez, acepté que los negocios son justos,
en el trueque.
Como madre, supe que sin mirar al cielo, 
es imposible la tarea.
Como esposa, aprendí a ser paciente.
Como católica, respeto la jerarquía.
En toda relación, guardo lealtad.
En la vecindad, acudo con solidaridad.
En la urbe procedo con civismo.
En provincia, experimenté que nada es sano,
sin ecología…
Al desprecio y adversidad, aplico delicadeza.
Ante la traición, perdono y tomo distancia.
De la geometría, me encanta la línea recta.
En el amor, caminé por la línea férrea.
Aun quiero aprender, sé la ruta…cual es el silencio!
Ayúdame! Necesito trascender.

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