miércoles, 30 de septiembre de 2015

Curiosidades místicas

Santiago y Juan, Apóstoles del Señor, fueron llamados,
por Jesús “Los hijos del Trueno”, en distinción 
a su fuerte temperamento.
Santiago, apellidado El Grande, fue el primero 
de los Apóstoles en dar testimonio de su Fe, 
Juan, el último.
Por ignorancia, la madre de los hijos de Zebedeo,
pretendía que sus hijos se sentaran a lado y lado de 
Jesús cuando llegara a su Reino, lo que no sabía ella, 
era que su Reino no es terrenal.
Tener fuerte temperamento no es una falencia, 
justamente es lo que se opone a la flaqueza.
Respecto de la personalidad, encontré un viejísimo archivo
que a tal propósito dice:
“La singularidad, en todo ser, es una virtud.
No se debe perder la distinción.
Es una riqueza de acercamiento a Dios, no un estigma.
Quienes con o sin limitaciones se ven diferentes,
se perciben distintos, NO pertenecen al “común
denominador”.
No deben sentir vergüenza o buscar afinidad de congéneres
o igualdad de comportamiento y convertirse en
imitadores, en el -mundo de la copia-.

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