jueves, 13 de agosto de 2015

¡Oh DIOS!

Una recóndita deuda a TU VOLUNTAD...
Ayúdame a saldarla con la ayuda de tu piedad.
Permite que esta comunión frustrada allane las deudas,
si existieren y curen las heridas que aun puedan estar.
Dame permiso de un claro caminar que envejecido,
no te pide un deseo cabizbajo en dolor,
sino el platónico afecto de la espera de amor.
Fue una brasa apagada que detuvo su tiempo,
huí... Y, la encontré de nuevo.
Yo, Señor, no me opongo a tu precepto,
inclíname a éste, antes de aquél.
No dejes sola el alma en mis cortos días,
a la deriva de un largo navegar…
Ayúdame a encontrar por caridad,
la acertada respuesta del andar.
Escucha mi voz, afina mis sentidos,
no permitas que doble el caminar.
Llena de gracia y confianza mi corazón,
ilumina mis ansias de asustado gorrión.
Muéstrale los matices del presente,
a un alma inquieta y confundida.
Tuya es mi voluntad, tuya mi vida,
tuyo todo mi ser, dulce ¡ALMA MÍA!
Te pido un cielo cercano de armonía,
que se torne, Señor, singular mi oración,
antes de que dispongas de mi vida.
Regálame tu LUZ, DULCE ¡ALMA MÍA!
Para no traicionarTe, VIDA MÍA.
Yo te imploro Señor, no a mis deseos,
me acojo a tu mandato vuelto amor.
Inclíname Señor a tus preceptos,
en el barro que soy.
Eucaristía Tele Vid
Mateo: Cap. 18, v. 21. 19,1.
Lectio Divina: Tele Vid
P. Jorge Mario Naranjo
Carmelitas Descalzos
Jueves, agosto 13/15.

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