Debemos imitar a los niños...
“Las madres no sospechan el daño que hacen a sus hijos, cuando los
reprochan porque hacen esto o lo otro, les prohíben reír o hacer algazara: los
convierten en pequeños hombres o mujeres, que han perdido su ingenuidad
infantil. Los niños no deben tener cuidados angustiosos, ideas reflexivas o
afectos subjetivos: su vida ha de ser límpida y brillante, placentera y alegre,
henchida de luz; hay que estimularlos para que jueguen y rían, para que su
corazón rebose de alborozo; tratemos por todos
los medios de prolongar la infancia”.
los medios de prolongar la infancia”.
“De una niñez sin alegría no puede esperarse
nada,
porque las plantas sin flores, no dan fruto”.
“Si educamos a un niño para la dicha,
permitiéndole manifestar
abiertamente su alegría, nunca tendrá melancólicas
disposiciones
de ánimo; los que afligen a la humanidad, proceden de una
infancia árida y rígida”.
”Permitamos que los niños manifiesten libremente
todo
lo que hay en su temperamento gozoso y feliz para que sean hombres
de
carácter valiente”.
“Hay que enseñar al niño que Dios nunca da la
enfermedad
o el dolor ni se complace de nuestro sufrimiento, sino que nos
destina
la salud y la dicha, cuyo resultado es la alegría y la paz.
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