jueves, 27 de octubre de 2022

Un ayer, un HOY, una espera...





Han pasado tres años de su ausencia terrena impregnando de gratitud la protección de nuestros hijos y nieta.

Me ha fortalecido la FE.

Siento la Misericordia de DIOS y el cobijo de la Virgen María, que no permite a mi humanidad flaquear.

La adversidad del mundanismo no ha germinado en mí… No hay miedo… Se fortalece mi alma.

A cambio...las plantas florecen, los renuevos me hacen feliz, los HERMOSOS  muestran la Presencia del Señor y la esperanza.

Cada brote de la Creación envuelve el peregrinar de la existencia mía.

Una tierna voz, una ausente caricia alienta mis huérfanos suspiros.

Un alimento diferente genera los estímulos de su misma sustancia. Un sonido inesperado de timbre, aclara el oído y la mirada.

En este contraste de sentimientos y sueños ha habido de todo.

Se contradicen los afectos y deseos. Se allanan y encumbran los perdones y resentimientos. Se confunden los aromas de amor y dolor. La distancia se acorta y se aleja. Hay luz y oscuridad, como el solitario anochecer y el silencioso despertar.

Las ceñidas hogueras han desaparecido para revivir su deshiele y así, en el lugar físico y abstracto, renace la ilusión de vivir y morir.

En este mismo contraste he sabido quién es y quién no. Cuál y cuál no. El tiempo y el no. La presencia y la no. El espíritu SÍ y el alma no.

He aprendido a responderme en soledad, a hablar en silencio, a ESCUCHAR el latido del corazón. He saboreado lo pasado, palpado lo presente, disimulado lo venidero; he aceptado los involuntarios ruidos, traído y llevado al corazón en pasos infantiles por los senderos de mis arterias y venas.

Percibí gozosamente la respuesta a mis ansiedades, sabiendo que, “entre latido y latido, está la VERDAD”.

Tengo certeza que en una sencilla cajita me acompaña el Guardián que no duerme. Desde su CRUZ, desnuda las invisibles heridas que yo también causé. Me señala su Nombre en el Señor de los Milagros y no se escapa la protección a mi pedido, hasta que mis pajarillos alzaran el vuelo…

Sé que mi Ángel de la Guarda al otro lado de mi recinto ¡duerme!.. Cuidándome. 

Sí es GRANDE, como la llamó su papá, antes de que naciera mi Reinita. Sí, grandes las dos. Ángeles desprotegidos de indulgencia e incomprensión. ¡Grandes¡ Son.

Éste, mi espacio limpio, sobreocupado de amores espirituales visibles e invisibles. Mi amplio lugar que solo yo, piso.

Y, pregunto de nuevo mi SEÑOR, aquella furtiva frase de “se matarán los afectos…” que no tuvo eco, está o no, humanamente ¡presente!

¡Sáname! Oh DIOS de los recuerdos. ¡Regálame! tu LUZ para esperar tus designios, no largos… ¡Fortaléceme! No por fuerza, no por poder, sino en Espíritu.

Vuelve tu voz “entre latido y latido del corazón” para escucharte. Atenta, procúrome a tus mandatos para vivir Contigo. Hazme dócil, para encontrar tu PAZ. Conviérteme para amarte y déjame buscar el refugio de tu Divino Rostro, para brillar en Él.

No relato mis cuitas como quejas, sino mi amor en oración de aliento. Llámame cuando quieras y dispón en tu Divina Voluntad, un hermoso lugar para Susana. Esperanza

miércoles, 5 de enero de 2022

Epifanía del SEÑOR

 En el encantador mes que cierra la época de Navidad, está el arribo de los Reyes Magos a camello. Ellos, llamados a dar testimonio del nacimiento de Jesús, hicieron adoración y ofrendas al Niño Dios, fueron guiados por la Estrella, para llegar a Belén.

Esta celebración es la Fiesta de mis "mágicos amigos" de infanciaseres particulares que durante los años escolares, trajeron mis útiles y uniformes y como "encime", las vacaciones que mi madre organizaba, antes de volver al colegio. 

Gracias madre, la magia existe en almas, como la tuya, donde Dios abonó la riqueza maternal para la Carta al Niño Dios y los deseos y sueños en la espera de los Reyes Magos. 

lunes, 16 de noviembre de 2020

La abuelita y la nieta

Esa es la eterna ley – Así va unida

la tarde con la aurora de la vida

cabe la cuna do sonriente vela

el dulce ángel guardián, de alas de oro

contemplando a la nieta, su tesoro,

con unción inefable está la abuela.

 

Ya por los años su cabello cano

nada pide en la vida a la fortuna

y ora entretiene la cansada mano

en arrullar con movimientos leves

a la niña dormida entre la cuna.

Así naturaleza cariñosa.

 

Junta la frente de color de nieve

con la frente que al beso de la angustia,

quedó por siempre oscurecida y mustia,

los tintes opalinos de la aurora,

con los que el sol al ocultarse dora,

las risas infantiles y la pena.

 

El prado verde y la desnuda cima,

la vejez que a la tumba se aproxima

y la niñez purísima y serena!

Al través de las brumas de los años

torna un momento a su niñez lejana,

feliz edad de plácidos engaños.

 

Mientras sueña la niña ved un ave

que la clara extensión, llena de vida,

cruza en continuo movimiento suave

entre la luz crepuscular perdida!

 

Cuando a la niña traigan los amores,

enjambres níveos de ilusiones gratas

en los días de sol, ramos de flores

y en las noches de luna, serenatas.

Cuando abra a los placeres la pupila

en brazos de la sombra y el misterio

la pobre anciana dormirá tranquila

en el cristiano y santo cementerio.

¡Oh! Decid si en sus plácidas visiones

algo miró vuestra alma, más risueña

que la cuna do entona sus canciones

los sonrientes ángeles del sueño!

Archivo del abuelito, autor desconocido.

Lee en comentarios de este blog, mi saludo.

miércoles, 7 de octubre de 2020

Virgen de La Esperanza

 Mi esperanza eres Tú, Oh Santísima Madre del Rosario.

 

Te ofrezco la última “flor” azulada,

 como el ropaje de La Milagrosa. 

Te la regalo. Amorosa te lleva mi alma.

Vive en mi corazón y permanece más frágil.

que aquel 14, que hizo latir el corazón, que

ya no es mío. 

Me cuidas, Oh Madre Inmaculada de Lourdes,

desde hace ocho décadas y no me aparto de Ti. 

Cobíjame con tu abrigo de La Bordadita.

No me abandones, a tu lado estoy segura.

Escucha mi confesión HOY, como La Auxiliadora.

Sigo en el contraste de los afectos fríos, aturdida aun,

inmóvil en el estado congelado del desconcierto.

Ayúdame a ver claro el leño atravesado de mi pecado

para no agraviarte, Señora de Los Dolores.

Pesan, Madre de Perpetuo Socorro, mis quejas.

Busca, por mí, la indulgencia a las miserias mías. 

¡Ampárame! Oh Virgen de Las Angustias.

Busco tu amor en los brazos de La Consolata,

para no caer por el despeñadero de Las Lajas.

¡Llévame de tu mano! 

Bajo tu manto de Las Mercedes,

lleva al cielo a mis amados. 

Dame la paz de La Piedad, que perdí…

Por la ausencia de un instante de comunión,

en mi alma destinada al amor.


lunes, 7 de septiembre de 2020

Uno de los tesoros que se guarda

HACE 20 AÑOS
La vocación romántica interpretó la musa juvenil de sus discípulos.

 Son rollos de “papel, caligrafía e inspiración” recónditos, abonados de buenas intenciones y envueltos en la mutua gratitud de corazones, sin permitir que su alma los deje en el olvido.

Ha costado -una y mil veces- sacar no la lealtad a sus letras, sino el diáfano testimonio de su corazón, para, celosa, llevarlo hasta el fin de sus días sin compartir.

Las bodas de plata de sus resguardados hálitos sostuvieron la vocación de maestra. Atrevida, busco la forma de hacer público, uno que otro texto, solo con el objetivo de que algún protagonista lo lea y sepa que, aun lo conservé.

lunes, 15 de junio de 2020

Confeso Informe


Mi JESÚS SACRAMENTADO
Mi dulce amor y consuelo.
Quién te amara ¡tanto!
Que de amor muriera.

Hace unos años enviaste a la Tierra un ángel,
para que cumpliera su tarea en tu Nombre.

Te allego mi voz, desde mi alma,
 para comunicarTe, que te imita muy BIEN.

Acoge su misión con muestras de amor,
en lo que, a nosotros, atañe.

En el dolor de nuestras almas, 
solo teníamos tu compañía; 
ella se ofreció para ayudarTe.

Rehusó tomarte entre sus manos,
porque es frágil, tímida y rotunda,
pero se afana en complacer mi corazón,
trayéndome tu Presencia Redentora.

 
Sabes muy bien, SEÑOR…que,
al no visitarte en el Sagrario,
ella, lo hace por mí.

A mi hija y a mí nos acogió como su familia propia,
por tanto, en sus afectos, imita el Amor Ágape.

En ocasiones, muy sentidas,
se confundieron nuestras lágrimas,
porque puso su hombro, a cambio del tuyo.

Su respuesta espiritual es, sin reloj en mano…
Sin embargo, intuyo que lucha para vencer el sueño.

En sus constantes servicios, se vale de mi nombre,
para atender mis caprichos…

  
¡Gracias mi amado JESÚS!
Por haberla cruzado en mi sendero,
¡Tú eres el Camino!

Por ello, Constanza es solícita a mis necesidades,
sabe que, en tu Verdad, puede cumplir…

Portando la EUCARISTÍA,
es valiente, se fortalece en Ti, que eres la Vida.
UN GRACIAS, NO ES SUFICIENTE, DIOS TE LO PAGUE.

miércoles, 29 de abril de 2020

“El silencio es más elocuente que la palabra”.

“Quien calla otorga”. 
 “El silencio es la aceptación de la contraparte”. 
Algunos adagios aplicados en mi familia, referentes al 
/silencio/.

Estas cualidades, defectos o virtudes nos orientaron hacia 
un silencio que no obedecía a humildad de espíritu, ni a 
sencillez del corazón. 

Por las razones que vive la humanidad, voy a pensar, 
retrospectivamente, si cabe el término, en cosas y casos 
que se comentan y repiten.
Hubo quienes comentaron que un buen conversador: 
Habla hasta por los codos”. Otros, que quien sabe callar, 
sabe observar.

Sin embargo, en lo personal, justificando algo del “atropello 
de mis palabras y el hurto a las voces de quienes hablan”
acepto que la "palabra" es un Don puesto al servicio del aula, 
las salas sociales, y en todo instante cuando necesitamos 
“escuchar voces”. Podemos respetar la opinión, el concepto, 
la interpelación y la individualidad de nuestro interlocutor.

El silencio, obligado por la convivencia del dolor a la libertad 
actual, puede haber alimentado o dejar desértica el alma.

El silencio, mientras los demás hablan, nos hace entender lo 
que se escucha, observar actitudes, ver en lo profundo del alma 
y escudriñar los pensamientos. Nos permite saber la verdad y 
el engaño. Nos deja comprender…
 En casa hubo quienes sabían callar, otros que, si apenas 
hablaban y yo, que amaba la palabra. Creí que era una deliciosa conversadora.
Me acogí al apelativo de “Cajita de música”, dado por mi madre; 
me pareció tan dulce que estimuló mi charla. No sé si mucho, extra, 
o si debí callar algunas veces…

Todo es presente ahora. Traigo la anécdota del joven congresista 
que, en su primera aparición ante la Cámara, preguntó a su viejo 
maestro y político:
-      “Profesor, cree que es hora de hablar?
A lo cual, respondió su antecesor:
-      “Preferiría que callara, por lo menos hoy…”

Según el Padre Larrañaga, la Virgen María fue la Señora del 
Silencio”. Explica que María, jamás preguntó el “porqué de los 
acontecimientos, desde la Anunciación del Arcángel San Gabriel, 
hasta la Crucifixión de su HIJO JESUCRISTO”. La Madre obedecía 
y aceptaba con un “HÁGASE” tu Voluntad.

Apéndice:
Hay quienes dicen que, en una pareja dónde hay un buen 
conversador, el otro es un excelente escucha. Este fue mi caso 
en particular. No sé si “buena conversadora” o no…

Lo cierto es que en este corto tiempo de obligado silencio, 
mi alma grita que así debí estar siempre…