lunes, 7 de septiembre de 2020

Uno de los tesoros que se guarda

HACE 20 AÑOS
La vocación romántica interpretó la musa juvenil de sus discípulos.

 Son rollos de “papel, caligrafía e inspiración” recónditos, abonados de buenas intenciones y envueltos en la mutua gratitud de corazones, sin permitir que su alma los deje en el olvido.

Ha costado -una y mil veces- sacar no la lealtad a sus letras, sino el diáfano testimonio de su corazón, para, celosa, llevarlo hasta el fin de sus días sin compartir.

Las bodas de plata de sus resguardados hálitos sostuvieron la vocación de maestra. Atrevida, busco la forma de hacer público, uno que otro texto, solo con el objetivo de que algún protagonista lo lea y sepa que, aun lo conservé.