sábado, 22 de octubre de 2016

Dos infantiles almas...conversan

- Por qué no has vuelto a escribir abuelita?
Por quéee?
A la inocente pregunta para mi nostálgico remanso, busqué
respuesta… Medité que no es tristeza alguna, sino PAZ…
Es… ese hermoso estado donde se encuentra el alma ¡FELIZ!
 Busqué argumento al largo cuestionamiento…
Fija la mirada de mis turbias pupilas, escudriñé y no encontré…No… 
Mi pequeña figurita interrumpió súbitamente la divagación
de mi mirada, para preguntar de nuevo.
-Por qué? Qué te falta para escribir? 
Me tomó por sorpresa su ansiedad.
-Creo que, a quienes jugamos a escribir, necesitamos 
un motivo…una causa, una…una…
-Inspiración??? 
 
Mi ángel confundía mis lentos pensamientos, que tropezando
unos con otros, no daba tiempo para encontrar la verdad de mi
ausencia en “vuelo y colorido”, para contestar en tan contados
minutos de nuestra intimidad y respondí: 
-Sí, síii, has encontrado la razón del silencio actual de mi teclado. 
-Lástima!!! Abuelita.
Yo quisiera estar leyendo tus escritos, tu blog, leer todos 
los días tu “vueloycolorido”, pero me falta 
tiempo, tengo tanto qué hacer…
Una criatura de casi nueve años, hablando de tiempo!
Ocupaciones, responsabilidades, compromisos, quehaceres… 
No le di paso a la preocupación por aliviar /su carga/ y sin 
embargo, era un profundo diálogo, quizá, el más valioso
de toda mi existencia. Nadie había indagado mi silencio, 
o tal vez sí, solo que adultos.
 Repitió:
-Sí, sí abuelita Yo quisiera estar leyendo tus escritos, tu blog, 
leer todos los días tu “vueloycolorido”, para mí es muy importante 
saberte ocupada en lo que más quieres, en lo que más te agrada. 
Callé…
No sabía cómo continuar…No pude detener su
cascada de letras en palabras, preguntas conducidas
de una inquieta mirada. 
Esperé un no sé qué, y pensé, “cómo ha crecido!  
Exige respuesta a su profundo anhelo, mira a los ojos, espera...
Sumida la mente en este parloteo, me sacó de nuevo y dijo: 
-Sí, sí abuelita, yo sé que te gusta escribir. 
-Cómo lo sabes?   
- Lo sé, cuando te veo escribiendo para el “blog”,
sé que te gusta. 
Sorprendida regresé de mis divagaciones, para mirar sus
hermosos ojos, grandes y oscuros. 
Mi  Reinita había terminado de tomar sus onces e intentaba salir.
Tomé su brazo para impedir que se fuera sin respuesta…
La abracé, acaricié su frente con un beso, lo repetí y con algo
de duda prometí intentarlo.
Derrame la ternura de mi alma al acercar su cuerpecito al mío,
el de ayer de bebé entre mis arrugadas manos, sentir la
tersura de su piel, para comunicar nuestros afectos.
Si los adultos cuidáramos las actuaciones, si contestáramos 
sin dobleces las preguntas de los niños, ellos crecerían con buen 
ejemplo de vida, serían auténticos, éticos, sanos, LIMPIOS!
 
Quedé confundida AÚN, lo estoy.
He detenido el “tiempo” del cual habla mi niña, para dejar un
testimonio veraz de la pureza de los niños.
 
Nada necesito, nada busco, nada deseo, nada espero.
Todo lo tengo…TODO!
Al margen:
HOY encantadora mañana, conversando
mis cuitas con mi mejor amigo.