miércoles, 10 de junio de 2015

La indulgencia

Un libro no leído, pero ya terminado...
Trozo irónico sobre el perdón, encontrado en el resto
de un libro,  cuyo título está ausente…
“Hay algo que no es fácil perdonar... la traición,  la ingratitud,
la calumnia, la mala intención, el egoísmo y la envidia; 
la hipocresía,  el prejuicio ligero, la justificación intencionada
y la condena, los comentarios carentes de luz,  de piedad,
de compasión, de calificación. 
Se puede perdonar, no con olvido, sino vistiendo
el corazón de indulgencia perenne.
Los seres, en cuya convivencia nos herimos, por falta de 
respeto o tolerancia. No hemos podido retirar el mayorazgo 
tirante, sin servir de ejemplo.
Hablamos como loros y repetimos una filosofía sin piso, 
no detenemos el pensamiento, en la inocencia triste del ingenuo. 
El que sirvió de base, fortaleciendo en sus deberes lo que otros 
debieron fortalecer también. 
Somos como bultos que atropellamos con el peso, para 
demostrar quien es el  más sobresaliente.
Reflexionando me he dado cuenta que es mejor tener 
“piel de rinoceronte", que cuando le tocan la axila,  ríe a los ocho días... 
La tersura de mi piel ha sensibilizado mi interior y si antes no aceptaba 
hoy me es tan fácil lograrlo, que mi corazón late en ternura.
Qué paz podemos irradiar en la brusca palabra de culpar, 
en la necesidad de condenar al más débil... 
No hay respuesta. No encuentro explicación a mis preguntas. 
Ahogo la reflexión  de una equívoca sanción que me condena y, 
siempre, en la plática convincente de sus erróneas dudas, 
se amortajan mis deseos de perdón...”
 
La genética no se establece consultando libros, búscala dentro 
de ti, los parientes, tu propia familia y, luego, PERDONA…