Un libro no leído, pero ya terminado...
Trozo irónico sobre el perdón, encontrado en el
resto
de un libro, cuyo título está ausente…
“Hay algo
que no es fácil perdonar... la traición,
la ingratitud,
la
calumnia, la mala intención, el egoísmo y la envidia;
la
hipocresía, el prejuicio ligero, la
justificación intencionada
y la
condena, los comentarios carentes de luz,
de piedad,
de
compasión, de calificación.
Se puede perdonar, no con olvido, sino vistiendo
el corazón
de indulgencia perenne.
Los seres, en cuya convivencia nos herimos, por falta de
respeto o
tolerancia. No hemos podido retirar el mayorazgo
tirante, sin servir de ejemplo.
Hablamos como loros y repetimos una filosofía sin piso,
no detenemos el
pensamiento, en la inocencia triste del ingenuo.
El que sirvió de base, fortaleciendo
en sus deberes lo que otros
debieron fortalecer también.
Somos como bultos que
atropellamos con el peso, para
demostrar quien es el más sobresaliente.
Reflexionando me he dado cuenta que es mejor tener
“piel de rinoceronte", que cuando le tocan la axila, ríe a los
ocho días...
La tersura de mi piel ha sensibilizado mi interior y si antes no
aceptaba
hoy me es tan fácil lograrlo, que mi corazón late en ternura.
Qué paz podemos irradiar en la brusca palabra de culpar,
en la
necesidad de condenar al más débil...
No hay respuesta. No encuentro explicación a mis preguntas.
Ahogo la reflexión de una equívoca sanción que me condena y,
siempre, en la plática convincente de sus erróneas dudas,
se amortajan mis
deseos de perdón...”
La genética no se establece consultando libros, búscala dentro
de ti, los parientes, tu propia familia y, luego,
PERDONA…